3.1 Préstamos particulares

Dado que los salarios no son suficientes para crear ganancias de forma global, la gente y las compañías tienen que pedir préstamos. Todos lo conocemos demasiado bien: hipotecas, todo tipo de créditos al consumo, tarjetas de crédito. Cuanto más gastamos y pedimos prestado, mayores son las ventas que conseguimos y mayores son las ganancias de las compañías.


El problema es que hay que devolver los préstamos. Mientras que durante el año en que el préstamo se transforma en ventas el sistema recibe más dinero en circulación, los años siguientes el volumen de dinero en economía disminuye debido al pago a plazos y a los intereses. Este dinero deja de circular en economía, no puede generar más ventas y vuelve a los bancos. La única manera de volver a entrar en circulación sería con más préstamos. No obstante, este sistema es imposible de mantener para siempre sin manipulaciones adicionales de política monetaria.                                                              

Imagine una hipoteca simple a 20 años con un 4% de interés por año. ¿Sabe cuánto dinero extra va a pagar respecto al precio base? Un 47%. ¡Tomemos la misma hipoteca a 30 años y el resultado es un sorprendente 73%!

El gráfico muestra cuánto poder adquisitivo la economía está perdiendo en total si las compras se financian mediante préstamos. La metodología es sencilla: compara todos los intereses pagados al término del préstamo respecto al precio base.

 

El dinero extra que se paga en intereses son costos de oportunidades perdidas. Representan aquellas ventas que nunca realizará porque decidió pedir un préstamo y el resultado es la destrucción permanente de su poder adquisitivo durante décadas. Esa es la opción que eligen miles de hogares cada día y, por tanto, la acumulación de dichas decisiones está creando tanto un resultado positivo del uso de préstamos en las ventas (aumento momentáneo de las ganancias) como un resultado negativo: la degradación de las ventas (ganancias) en el futuro. Los intereses representan la disminución del suministro monetario en circulación, el cual, si no se repone, causará el colapso de todo el sistema financiero.

 1. En el inicio del ciclo hay capital en el banco proveniente de las ganancias de años anteriores. Entendemos como ganancias todas las formas que pueden adoptar las ganancias de una empresa o los ahorros personales.

 2. En el siguiente paso, los hogares pedirán préstamos, los cuales se transforman en consumo y ventas y traen ganancias a las compañías. Estas ganancias se financian mediante ganancias anteriores, ausentes ahora en el banco.

 3. Los nuevos beneficios vuelven a los bancos, el capital original representa un descubierto (dinero que de momento no existe). Si sus propietarios o depositantes quisieran retirarlo en ese momento (junto con nuevos depositantes que acabaran de depositar nuevas ganancias) no sería posible: el banco no dispone del dinero, y lo tendrá solo si los hogares devuelven sus préstamos. Se trata en primer lugar del riesgo sistemático del sistema bancario que genera dinero nuevo basado en la creencia de los depositantes de que su dinero está seguro en el banco pero en realidad el dinero no está ahí físicamente. Si todos los depositantes decidieran retirar todo su dinero, cualquier banco que careciera de ayuda se iría a la bancarrota. Cualquier banco. Por consiguiente, debe haber una opción de refinanciación (ya sea interbancaria o del banco central) que pueda complementar momentáneamente la ausencia de recursos financieros que volverán en el futuro como el reembolso de los préstamos concedidos.

 4.Luego viene la fase de reembolso. Los hogares reducen su consumo habitual, una reducción en gastos que equivale a las cuotas e intereses. Las ganancias de las compañías disminuyen en consonancia con la reducción en las ventas. Las pérdidas en el sector privado son las mismas que el volumen total de cuotas.

 5.Cuanto más dinero haya fuera de circulación, más se reducen las ventas. Más y más dinero se encuentra en los bancos porque los intereses causan el reflujo del poder adquisitivo. El descubierto en los bancos se cubre (como resultado de las cuotas), lo que significa que el dinero vuelve a estar en la cuenta. La gente ya no está dispuesta a pedir préstamos, puesto que las cuotas de reembolso son las máximas posibles.

 6.En el momento de la devolución total de todos los préstamos, el endeudamiento de los hogares es cero, el banco tiene en sus cuentas recursos financieros en su volumen máximo de capital original, ganancias nuevas e intereses pagados. No obstante, ese dinero nuevo no puede surgir de la nada. Existe una ley de conservación de la materia y, por tanto, este dinero nuevo debe de provenir de la economía real, donde su retirada de la circulación causó la reducción de las ventas de otras compañías, reducción que equivale a la cantidad exacta de ganancia nueva más intereses.

Así que hubo ganancias por parte de las compañías y el banco consiguió los intereses, pero a escala global estas ganancias se compensaron de forma completa por pérdidas en diferentes áreas de la economía, a través de pérdidas en ventas.

A partir del análisis realizado de préstamos como fuente de ganancias, es evidente que no pueden representar una fuente permanente y sostenible de ganancias en el capitalismo. Si la gente financia sus necesidades mediante préstamos, aumentarán las ganancias de ciertas compañías. Durante el reembolso de los intereses se crean ganancias en los bancos pero a escala global causa la disminución de las ventas en otros sectores de la economía porque el poder adquisitivo de la gente disminuye debido a las cuotas, las cuales no podrán transformarse en ventas. Los intereses representan una circunstancia agravante: el efecto de la aparición de pérdidas globales se multiplica y son mayores que las ganancias generadas mediante las ventas a crédito. Nosotros mismos podemos percibirlo sin ningún análisis profundo. Tan pronto contraemos una hipotéca o cualquier otro préstamo personal, nuestros hábitos de consumo cambian dramáticamente: reducimos nuestro consumo habitual y ahorramos más para cubrir las cuotas.

            

Si alguien objeta que los préstamos pueden devolverse mediante préstamos nuevos, incluso mayores que los anteriores, la respuesta es la cruel realidad en la que uno puede permitirse solo cierto nivel de préstamos y eso viene determinado por sus ingresos disponibles, reducidos por los costos de vida necesarios. Si el individuo ya ha alcanzado este nivel de endeudamiento, no puede aumentarlo. No dispondría de recursos para reembolsarlo y se iría a la quiebra.

Por tanto, el volumen de las ganancias proveniente de los préstamos es constante y determinado por la capacidad total de endeudamiento personal multiplicado por el número de personas en la sociedad.                  

Es necesario tener presente que dicho crecimiento de las ganancias es solo temporal y muy cíclico y sustituye solo aparentemente la falta de poder adquisitivo de la gente. Lo que al principio parece ser ganancia es, tras el periodo de reembolso, una fuente de pérdidas que surgen como ventas no realizadas como resultado de la aniquilación permanente del poder adquisitivo causada por los reembolsos del capital e intereses.

Si tenemos una sociedad donde hay en circulación cierta cantidad de dinero que proviene de los salarios (los cuales no son suficientes para crear ganancias) y creamos poder adquisitivo adicional gracias a los préstamos, durante los reembolsos nos encontraremos en la situación de no disponer de suficiente dinero en la economía para devolver todos los préstamos.

Dicho de forma sencilla: si hay en circulación por ejemplo 1 millón de dólares y para devolver el préstamo e intereses necesitamos 1,4 millones, este 0,4 millones no existe y durante el reembolso esto se manifestará como cierta cantidad de préstamos que no se devuelve y los individuos o compañías tendrán que declararse en quiebra. Durante esta quiebra, el volumen de capital en el banco disminuirá debido a los préstamos no pagados, lo que significa que los ahorros de años anteriores desaparecerán también. Así, las ganancias conseguidas en el pasado y depositadas en los bancos son ilusorias, estando su durabilidad en grave peligro al lograr ganancias actuales otra vez mediante préstamos. Durante el reembolso, todo el sistema colapsa (no existe suficiente dinero en circulación para devolver el capital e intereses) y las ganancias desaparecen.

¿Qué sentido tienen los intereses si causan un descenso tan negativo del poder adquisitivo global seguido por la caída de las ganancias globales?

La teoría clásica enseña que el interés es una recompensa por tomar riesgos. Un simple ejercicio matemático demuestra que la existencia de los intereses a escala global contribuye directamente al colapso de la economía en su conjunto y como tal no es reembolsable. Definitivamente no todo, ya que no hay recursos en el sistema para ello. Existen ejemplos en la historia en los que ciertas naciones consideraron el interés como maligno y lo prohibieron. Los intereses causan el reflujo de capital en la economía y su concentración en los bancos, los cuales intentan prestar más y más. Cuanto más éxito tienen, más dinero se retira de la circulación y toda la economía entra en recesión. La recesión podría empezar incluso durante el reembolso del capital, pero los intereses la están reforzando de forma masiva.

No es de extrañar que el primer paso de los bancos centrales en las recesiones sea la disminución del tipo de interés y la inyección financiera masiva en forma de préstamos muy baratos en la banca minorista. Sin ello, los bancos quebrarían enseguida porque no existe suficiente dinero en circulación para devolver todos los préstamos con intereses. Los depósitos quedarían al descubierto y los depositantes se despertarían una fría mañana para descubrir la imposibilidad de retirar dinero en efectivo de los cajeros automáticos.

De esta forma, las ganancias (depósitos) viejas y nuevas al descubierto son temporalmente cubiertas por préstamos de los bancos centrales. ¿Es una solución permanente? ¿Tienen los bancos la oportunidad de devolver este dinero? No. Si los préstamos del banco central se devolvieran (capital e intereses), debería haber algún lugar en la economía real dinero que pudiera volver a la banca minorista. Pero este dinero no existe, ya que esta era la razón en primer lugar de no poder devolver los préstamos originales. La única esperanza de los bancos comerciales es conceder nuevos préstamos con intereses incluso más altos y así devolver de forma gradual los préstamos del banco central. Sin embargo, este procedimiento causa una mayor reducción de la oferta monetaria en la economía real y un deterioro de la recesión. Estos préstamos nuevos no se devolverán y el sistema llegará a un punto muerto.

Los subsidios a los bancos comerciales en forma de préstamos provenientes de los bancos centrales no aumentan el poder adquisitivo de la gente, sino que solo cubren temporalmente la ausencia de recursos de los bancos comerciales. No se produce un mayor consumo, la gente no recupera su poder adquisitivo. Lo único que se les ofrece es un nuevo préstamo. Pero conseguir un préstamo de $1000 definitivamente no es lo mismo que conseguir un aumento de sueldo de $1000 al mes. Durante la recesión hay un alto nivel de desempleo e incertidumbre, los sueldos no suben y, por tanto, no hay capacidad para pedir préstamos. El pan de cada día son las ejecuciones hipotecarias, conocemos gente que ha perdido su hogar porque no podían permitirse pagar las cuotas mensuales. En tales circunstancias, los consumidores no están dispuestos o no pueden financiar su consumo mediante préstamos y, por consiguiente, los engranajes del capitalismo se detienen. De esta forma, intentar reactivar la economía mediante nuevos préstamos es una política de autodestrucción que conduce únicamente a un crecimiento no sostenible.

La única opción en una economía que se alimenta de préstamos está relacionada con la inflación. Una inflación más alta que los tipos de interés es la única manera de obtener más dinero en el sistema. Pero si a la inflación no la acompaña un aumento análogo de los salarios, el efecto de la subida de los precios no es más que el aumento del margen de ganancias y eso está creando el peor impacto en el poder adquisitivo disponible, como se describe más adelante en el modelo. Hay tres posibles resultados con respecto a la inflación y los salarios:

Tipo de interés < Inflación (productos y servicios) > aumento de sueldo

Los préstamos consiguen más dinero en la economía pero el efecto queda anulado debido a que los salarios no siguen el ritmo de la inflación. Tras un periodo de tiempo, la gente no sería capaz de comprar mediante préstamos lo que solía comprar antes ya que sus salarios no son suficientes para obtener el préstamo. Este método no es, por tanto, una solución a largo plazo y conduce a una disminución general del poder adquisitivo como resultado de los préstamos.

Tipo de interés < Inflación (productos y servicios) = aumento de sueldo

Si los sueldos aumentan al mismo ritmo que la inflación, podemos decir que es una situación en la que todos ganamos. Los préstamos proporcionan recursos adicionales a la economía ya que una inflación por encima de las tasas de interés y salarios que aumentan de forma equitativa suministran el complemento necesario para salarios distribuidos. Pero el problema es que la inflación necesita estar permanente y constantemente por encima de los tipos de interés de consumo, lo que raramente ocurre. En la situación actual, tendría que estar a un nivel superior al 4-5% para las hipotecas y 8-10% para los préstamos al consumidor, así que ¡una media de 6-7%! Esto no es muy conveniente; traería consigo otros muchos problemas como la devaluación de los fondos de pensiones, arruinando así a futuros pensionistas y su poder adquisitivo. Eso podría compensar todos los logros de la inflación relacionados con los préstamos como un medio de incorporar poder adquisitivo en el sistema. Es importante recordar que sería necesario el aumento de los salarios a la misma velocidad. Por consiguiente, convendría olvidar las prácticas actuales del aumento de la productividad por encima de los salarios, noción que les es desfavorable a muchos directores ejecutivos. Pero si está de acuerdo en que la inflación es la única opción y quiere seguir este camino, entonces ¿por qué complicarlo inyectando dinero en la economía mediante préstamos bancarios (los cuales reducen el poder adquisitivo durante el reembolso), para después esperar y organizar la inflación y hacerla permanente mediante la adición de más y más agregado monetario para mantenerla en funcionamiento? Porque si está dispuesto a „imprimir dinero“, también puede complementar la ausencia de poder adquisitivo directamente a través de estímulos monetarios al gobierno, que los redistribuye entre la gente mediante varios programas (ver próximos capítulos). Al usar estímulos monetarios directos, su tamaño será considerablemente menor (no hay necesidad de estar por encima del tipo de interés para compensar el efecto de los préstamos) y ¡no hay necesidad de inflación! El estímulo monetario complementario puede proporcionar una posible inflación pero solo potencial, lo que no tiene por qué convertirse en una inflación desmesurada (ver capítulo Acreedores vs. Infladores). En resumen: complementar el poder adquisitivo mediante préstamos es una empresa más complicada y arriesgada de lo que cualquiera pueda pensar a primera vista. Conseguir que funcione requiere también una inflación altamente coordinada de parámetros definidos, un camino demasiado peligroso e impredecible.

Tipo de interés < Inflación (productos y servicios) < aumento de sueldo

Esto funcionaría con los préstamos pero no con los negocios. Los aumentos de salario superiores a la productividad son una solución a corto plazo para equilibrar el reparto desigual del PIB, si ello fuera necesario, pero no puede continuar para siempre o los negocios se irían a la quiebra.

La razón por la cual los bancos no dejan que esto penetre en la conciencia colectiva, o no tienen por qué hacerlo, es porque existe este elemento extra de recursos adicionales que complementa de manera significativa la falta de poder adquisitivo. Sin él, verían muy pronto las consecuencias, como fue evidente en la primera Gran Depresión de los años 30. Tras la introducción del New Deal en Estados unidos, que le otorgaba al estado un rol más activo, el aumento de la deuda estatal empezó a complementar la ausencia de poder adquisitivo, y la necesidad de analizar el éxito de esta medida se volvió menos apremiante y sus fuentes fueron consideradas como un hecho.

 

Transferencias

Dado que los préstamos no representan una fuente de poder adquisitivo que pueda transformarse permanentemente en ventas y ganancias a causa del efecto de los intereses, los cuales están diezmando el poder adquisitivo hasta el colapso de la economía, intentemos averiguar si las transferencias son una mejor solución.

Durante las transferencias, la falta de poder adquisitivo se reemplaza con recursos adicionales provenientes del estado y, como consecuencia, son redistribuidos entre los ciudadanos a través de varios programas.

Los recursos financieros con los cuales el estado financia las transferencias son:

                                                                                                                                  

La proporción de cada elemento puede ser muy variable, dependiendo de la política macroeconómica escogida por el gobierno.

Existe un exacerbado debate acerca del rol del estado y de la necesidad de reducir los gastos y recortar costos, sobre todo durante la recesión, dado que los presupuestos del Estado se ven sacudidos por la reducción de impuestos. Esta teoría intenta explicar que los gastos del estado son absolutamente necesarios incluso en los buenos tiempos y si no se añaden a la economía dichos recursos adicionales con regularidad, esta se deteriora. Es díficil entender este conocimiento como el instinto natural de todo hombre de negocios e incluso un ciudadano común empezaría a ahorrar si las cosas no van bien. Pero lo que funciona en la microeconomía no puede aplicarse a la macroeconomía. Esta diferencia es esencial, y la capacidad para que esto penetre el pensamiento de la gente de a pie es clave para el éxito de la nación o estado. En este nivel, los métodos y estrategias utilizados por las compañías para competir las unas con las otras ya no son válidos. La función del gobierno de un país no es vencer a sus empresas, sino proporcionar un marco en el que puedan prosperar. Aquí entran en juego factores como el agregado monetario, y las ganancias ya no se logran por tener buenas ideas empresariales sino porque ese era dinero añadido a la economía que permitió a algunos convertirse en millonarios y mantener las ganancias.